Hay que tener en cuenta el origen de los principales consumos. Si el consumo es lumínico, la sustitución de antiguas tecnologías por tecnología LED nos proporciona unos ahorros monetarios de al menos un 65%; a lo que habrá que añadir la reducción de gastos económicos de mantenimiento, debido al aumento de vida media de esta tecnología respecto a la tradicional.

Así mismo, aprovechamos las ventajas de la tecnología LED para implementar sistemas inteligentes de iluminación: con equipos de zonificación y detección de presencia, integrando la gestión con el ERP corporativo… Esto nos permite una mejora cualitativa del control del consumo y, como consecuencia, aportes adicionales de ahorros económicos.

Si el origen del consumo está en el derivado del funcionamiento de máquinas, el ahorro eléctrico lo podemos conseguir generando la energía por medios propios, tales como la producción de energía fotovoltaica para  autoconsumo, la cual podremos consumir directamente o mediante su acumulación, si las horas de consumo no coinciden con las de producción.

Como herramienta de optimización para obtener la reducción al mínimo de las necesidades energéticas, implantamos un sistema de monitorización telemático que nos informa ininterrumpidamente de los consumos que se están produciendo, alertándonos de los picos de consumo; proponiendo el término de potencia óptimo a contratar, siempre en el supuesto de necesidades de compra de energía adicionales a nuestra producción.

Mantenemos un contacto constante con las compañías comercializadoras, para optimizar el precio de la energía que debamos comprar.